El ejercicio aeróbico mejora los síntomas relacionados con el asma y mejora la calidad de vida de los pacientes.
En un estudio publicado en “Thorax” se llegó a la conclusión que el ejercicio aeróbico ayuda a contrarrestar el asma, hasta la fecha se había debatido si el deporte resultaba beneficioso o perjudicial para las personas asmáticas.
La gente que padece asma puede hacer más que practicar deporte, puede destacarse en el deporte. Incluso no hace falta que quiera ser un atleta profesional, el hecho de estar activo y hacer deporte puede beneficiar mucho a su salud. Ayudará a mantenerse en forma, a mantener un peso saludable e, incluso, a fortalecer los músculos que participan en la respiración. Si tienes asma, esto último es especialmente importante porque puede contribuir a que los pulmones funcionen mejor.
En Brasil se puso a prueba el efecto del ejercicio aeróbico en 58 pacientes (con edades comprendidas entre los 20 y los 59 años) con asma de moderado a intenso. Durante el curso del estudio, de tres meses de duración, se asignó a todos los participantes a practicar ejercicios de respiración de yoga durante 30 minutos dos veces por semana. La mitad de los participantes también entrenó durante 35 minutos dos veces por semana en una cinta de ejercicio. La hiperresponsividad bronquial de los participantes se puso a prueba al principio y de nuevo al final del estudio, y se analizaron sus concentraciones de citocinas e IgE.
Los que habían hecho ejercicio aeróbico mostraron un aumento considerable de su umbral de sensibilidad. Fueron capaces de tolerar el doble de factores desencadenantes antes de que se presentaran los síntomas. Además, las concentraciones de citocinas se redujeron de forma significativa y el número de días sin síntomas aumentó. También se redujeron los brotes de empeoramiento de los síntomas. Es más, no sólo mejoró la calidad de vida, sino que también la cantidad máxima de oxígeno inspirado y la capacidad aeróbica. Los que únicamente participaron en los ejercicios de respiración no mostraron mejora alguna.
Habla con tu médico sobre tus planes para entrenar y practicar deporte. Tal vez te sugiera algunas estrategias de entrenamiento. Dependiendo de cuáles sean los desencadenantes de los ataques de asma, es posible que esas estrategias incluyan evitar los entrenamientos al aire en lugares contaminados, abrigarte bien, respirar por la nariz en vez de la boca al ejercitar, o asegurarte de que siempre dediques unos minutos al calentamiento antes de hacer ejercicio y al enfriamiento al acabar la sesión. Estas sugerencias deberían estar escritas en tu plan de acción contra el asma.
Así que ya sabes, si sufres de asma o quieres ayudar a una persona que la tenga, recomiéndale hacer un poco de ejercicio para que se mejore.