La información puede consolidarse en la mente humana cuando se relacionada con un proceso de aprendizaje emocional.
La memoria es un mecanismo de grabación, archivo y clasificación de información, haciendo posible su recuperación posterior. Se puede identificar con la capacidad de grabación pero ya sabemos que tan importante es esa grabación como el contenido y estructura de la información.
La memoria humana es la función cerebral resultado de conexiones sinápticas entre neuronas mediante la que el ser humano puede retener experiencias pasadas. Los recuerdos se crean cuando las neuronas integradas en un circuito refuerzan la intensidad de las sinapsis.
Estas experiencias, según el alcance temporal con el que se correspondan, se clasifican en memoria a corto plazo (consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla o sensibilizarla transitoriamente) y memoria a largo plazo (consecuencia de un reforzamiento permanente de la sinapsis gracias a la activación de ciertos genes y a la síntesis de las proteínas correspondientes).
La memoria humana se diferencia de la memoria de los animales porque puede contemplar el pasado y planear el futuro, en cambio los animales se basan en sus necesidades presentes. Respecto de su capacidad, se ha calculado el cerebro humano puede almacenar información que “llenaría unos veinte millones de volúmenes, como en las mayores bibliotecas del mundo”.
Se realizó un experimento en el que participaron más de 100 personas,se mostró a los voluntarios 60 imágenes, de animales y herramientas, y después se repitió el proceso emparejando 30 de esas imágenes con un “choque” o impacto, equivalente a una experiencia emocional. “Se aplicaba una descarga eléctrica en la muñeca de los participantes cuando veían ciertas imágenes. El aprendizaje en ese caso consistía en saber qué imágenes se asociaban a la probabilidad de recibir un impacto”.
Estas pruebas revelaron que los recuerdos de las imágenes relacionadas con esas descargas eran más fuertes que los que no estaban asociados con ese suceso emocional.
El estudio reveló cómo una información aparentemente intrascendente (como la imagen de un animal), pero asociada con un impacto, se puede fortalecer si gana significado en un acontecimiento futuro. Según los autores del estudio, ser capaces de registrar los detalles de las experiencias emocionales es importante, ya que esta información puede ser útil para predecir y tratar los sucesos importantes posteriores.
Sin embargo, apuntan, no siempre se sabe cuándo va a suceder algo significativo y hay poca motivación para recordar gran parte de la información de cada día, a pesar de que puede llegar a ser relevante en una fecha posterior. Por eso es importante que nos aferremos a acontecimientos significativos para luego poder tener esos recuerdos.
La memoria se ha estudiado formalmente desde hace 200 años, pero todavía hay mucho que descubrir.